El problema de esta semana era bastante sencillo, y trataba de la siguiente historia:
Ramón es un jugador compulsivo de la ruleta, y pierde mucho dinero. Harto de perder tanto dinero, pide consejo a su amigo Miguel, acostumbrado a ganar mucho dinero en el mundo de las apuestas (después descubrirá que estaba compinchado con el casino). Al final, llegan a un trato: Miguel le dirá a qué color apostar (rojo o negro), con la condición de que, por cada vez, le dé 160 euros.
A la primera tirada, Ramón apuesta todo lo que tiene al rojo, tal y como le ha dicho Miguel que haga. La ruleta gira y, ¡oh sorpresa! sale rojo y le dan a Ramón el doble de lo que apostó. Después, le paga los 160 euros a Miguel, tal y como habían acordado. La segunda vez, Miguel le dice que vuelva a apostar todo al rojo, cosa que hace él aunque no esté muy de acuerdo. Gira la ruleta de nuevo, y vuelve a salir rojo, así que le dan el doble de lo que apostó. Después, vuelve a pagarle los 160 euros a Miguel.
Al ver que está en racha, acude por tercera vez a Miguel, que le dice esta vez apueste al negro. Él le hace caso, y después de que gire la ruleta, sale el negro. A Ramón le vuelven a dar el dinero, y después de esto le paga a Miguel. Entonces se da cuenta del error que ha cometido: se ha quedado sin dinero.
¿Cuánto dinero tenía Ramón al principio?
A continuación, la solución del problema…